Panorama cultural incierto para Áncash
De cumplirse lo propuesto en cultura para Áncash, solo tendríamos un teatro, una Escuela de Bellas Artes y ninguna política pública en el sector
Electos los candidatos a la segunda vuelta regional y los alcaldes de la provincia del Santa y el distrito Nuevo Chimbote, es menester recordar las propuestas culturales consignadas en sus planes de gobierno; en el primer caso para elegir al nuevo presidente regional y en segundo para exigir el cumplimiento pero también el debate sobre lo propuesto. Para este análisis, he copiado literalmente todas las propuestas culturales de los movimientos que participarán en la segunda vuelta (Andemar de Ricardo Narváez y Puro Áncash de Waldo Ríos) y los alcaldes electos a la provincia del Santa (Victoria Espinoza de Río Santa Caudaloso) y el distrito de Nuevo Chimbote (Valentín Fernández de Vale Áncash) en un documento recopilatorio.
Es imprescindible antes de empezar el análisis, resaltar que tres de los cuatro personajes electos son los más cuestionados por corrupción en Áncash: Waldo Ríos por haber recibido dinero de Montesinos y Victoria Espinoza y Valentín Fernández por casos (entre varios otros) de enriquecimiento ilícito en sus periodos como autoridades de Chimbote y Nuevo Chimbote, respectivamente. Ricardo Narváez por su parte ha sido vinculado a los “comandos” (militantes de Cuenta Conmigo, movimiento regional de César Álvarez y Luis Arroyo, hoy encarcelados en Piedras Gordas por haber montado una organización criminal en Áncash) durante su campaña.
Habiendo advertido esto, la primera impresión que dejan las propuestas culturales de los candidatos a la segunda vuelta y los alcaldes electos es preocupante, pues a) No están planteadas desde el concepto de cultura para el desarrollo sostenible; b) No parten de un diagnóstico situacional; c) No han sido generadas en base a estadísticas e indicadores culturales; d) No explican de dónde obtendrán los recursos financieros para su realización; e) No han establecido plazos de ejecución; f) No ha habido participación de la ciudadanía en su elaboración; g) No analizan los proyectos ya desarrollados por la gestión anterior; y (lo más importante) h) No mencionan absolutamente nada sobre políticas públicas en cultura.
A esto se suman otras preocupaciones de carácter estructural como el pésimo estado de la administración pública en Áncash, sobre todo en las municipalidades de Chimbote y Nuevo Chimbote; la falta de gestores y periodistas culturales; la ineficiente creación de audiencias; la inexistente oferta en formación cultural, entre otras. Tampoco se han tomado en cuenta propuestas para el reconocimiento y fortalecimiento de la cultura viva comunitaria, el desarrollo de las industrias culturales, la economía creativa o el turismo cultural; las propuestas esgrimidas solo se enfocan en la construcción de infraestructura para potenciar capacidades artísticas (si en el mejor de los casos se llegan a cumplir dichas “promesas”, lo cual es poco probable).
El candidato regional a la segunda vuelta, Ricardo Narváez, por ejemplo, solo ha propuesto la creación de una Escuela de Bellas Artes, y en el colmo de la ignorancia, escribe en su plan de gobierno que debe coordinarse con el INC (Instituto Nacional de Cultura), institución que no existe hace cuatro años pues se creó el Ministerio de Cultura. El candidato Waldo Ríos, con total desfachatez simplemente no ha propuesto nada.
La nuevamente alcaldesa de la Provincia del Santa, Victoria Espinoza, ha propuesto la creación de una “alameda cultural” (?), un teatro y la “Adecuación y Mejoramiento del Coliseo ‘Paul Harris’” (sic). Valentín Fernández, cuya gestión sería la tercera como alcalde de la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote, ha propuesto más cemento que en la provincia: un centro cultural, una biblioteca municipal (que en realidad ya existe pero se encuentra abandonada), un “Centro de las Artes” (?), un conservatorio y un teatro.
En conclusión, las actuales propuestas culturales en los planes de gobierno de los candidatos a segunda vuelta y los alcaldes electos son insuficientes y casi inservibles para una región como Áncash, con tantas necesidades culturales: construcción de ciudadanía, cohesión social, valores cívico-políticos, memoria colectiva, lucha contra la corrupción, acceso y ejercicio de los derechos fundamentales, transparencia económica, fomento de la creatividad, preservación del medioambiente, inclusión intercultural, alfabetización, disminución de la pobreza, defensa contra la violencia política e inseguridad ciudadana, etcétera; en ninguna de estas propuestas la cultura es asumida como una herramienta para transformar la realidad.
Podemos, sin embargo, desde las instituciones públicas y privadas, las organizaciones políticas y sociales y la sociedad civil, revisar estas propuestas, debatirlas y proponer otras alternativas culturales. Es necesario además interpelar a las autoridades electas a fin de conocer su voluntad política, los conceptos que manejan y los intereses que persiguen. También es importante que los entendidos en el tema cultural (gestores, promotores, artistas, etcétera), puedan brindar apoyo a través de un comité consultivo a fin de dotar de una “visión” a la gestión, la cual nazca de la consulta popular y participación social. Este órgano externo podría encargarse también de la asesoría técnica con el objetivo de cumplir los planes establecidos.
Un alcalde o presidente regional cuya gestión entienda la cultura como el cuarto pilar del desarrollo sostenible y tenga un serio compromiso con esta, deberá, antes de construir cualquier cosa, hacer un diagnóstico de su realidad cultural y el contexto sociopolítico en que esta se desenvuelve. Luego de establecidas estas coordenadas, tendrá que realizar un inventario cultural para conocer con qué infraestructura contamos, con cuántas instituciones, organizaciones, artistas, artesanos, gestores, promotores, etcétera. Después de eso es necesaria una investigación del mercado de bienes y servicios culturales para saber cómo fluctúan la oferta y la demanda. Todas estas investigaciones ayudarán construir una base de datos e información necesaria a partir de la cual establecer estadísticas e indicadores culturales para disminuir el riesgo en la implementación de una política pública, que debe ser el objetivo de toda gestión municipal o regional.
Posteriormente habrá que construir, a través de la consulta y participación colectiva, una visión compartida de “cultura” para los ancashinos (que unifique la costa y la sierra) y chimbotanos (con el objetivo de consolidar la identidad local), para tener un norte y diseñar las políticas públicas en cultura necesarias para el desarrollo integral de los ciudadanos. Todo esto articulado entre las instituciones públicas, las empresas privadas, las universidades y la sociedad civil, además de la cooperación nacional e internacional. Como la cultura es un proceso y no un fin, esta primera etapa antes de la implementación de las políticas públicas diseñadas, tardará de dos a tres años y una cantidad considerable de recursos, además de la adecuación de la estructura organizacional para su desarrollo, como, por ejemplo, independizar la Gerencia de Cultura en el caso de la Provincia del Santa.
La gestión 2015 - 2018, debería tener como objetivo al fin de su gobierno, contar con una política pública de lectoescritura (implementando una red de bibliotecas públicas); una de cultura viva comunitaria (para fortalecer la interculturalidad) y otra de ciudadanía cultural (para fundar nuevos valores sociales, éticos y estéticos). Todas estas políticas deberán ser institucionalizadas a través de ordenanzas, para lo cual es vital el compromiso real y sostenible de los consejeros regionales y regidores municipales, así como de los funcionarios públicos. Todas estas propuestas deben estar enmarcadas en tratados, convenciones y pactos internacionales, así como en la Constitución Política del Perú, en los documentos de gestión nacionales como los lineamientos de políticas culturales y los marcos legales como la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales y Municipalidades, teniendo como principales beneficiarios a los niños, el adulto mayor y las poblaciones vulnerables.
En Cola de Lagartija seguiremos trabajando para propiciar los escenarios de discusión, debate y propuestas culturales. Desde ahora, en coorganización con el Centro Cultural Centenario (CCC), estamos coordinando la realización, para fines de noviembre, en el marco del festival cultural comunitario Este Puerto Alucinado, de un foro cultural con las autoridades electas regionales y municipales electas (entre otras actividades). Con el CCC hemos organizado este año el Ciclo de Conversatorios Internacionales: “Política y Cultura para el Desarrollo”; el Taller de Periodismo Cultural; y el Taller de Ciudadanía Cultural; todas estas actividades fueron enmarcadas en la iniciativa #VotaCultura.
Dejo a continuación las propuestas culturales de los candidatos que pasaron a segunda vuelta y los alcaldes electos a la provincia del Santa y al distrito de Nuevo Chimbote:
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