En el Perú, ser político es un trabajo de alto riesgo. Si no te insultan te denuncian, y si no te denuncian te matan, sobre todo si eres honesto e intentas hacer las cosas bien. Áncash, especialmente Chimbote, ha sido la muestra más fatal de esta terrible realidad. ¿Quién en su sano juicio, bajo estas condiciones, postularía a un cargo público? Sorprendentemente, en Áncash hay muchísimos, demasiados “iluminados”, que buscan participar en las próximas elecciones del 5 de octubre. ¿Cómo harán para materializar sus “ideotas” con la lamentable situación actual de la administración pública? Nadie sabe.

He aquí el meollo del asunto: la ineficiencia e ineficacia de las instituciones estatales para brindar servicios públicos, lo cual no es un problema exclusivo de la región, sino un asunto nacional. Esto ocasiona que los recursos de todos los peruanos sean robados y/o dilapidados y los ciudadanos tengan menos -o ningún- acceso a sus derechos, viviendo indignamente. Los ingentes recursos que manejaron Álvarez, Arroyo y los funcionarios “comandos” durante casi una década, por ejemplo, no fueron utilizados para, a mediano y largo plazo, desarrollar la educación, la salud o la economía en Áncash.

¿Qué clase de cuadros técnico-políticos estarían interesados en trabajar en la administración pública si cuando no eres un sobón y te alineas con los “intereses del poder” te amenazan o te matan? Además, siempre hay funcionarios de “carrera” que por defender sus propios intereses te harán la vida imposible. O los “enemigos políticos”, que a la semana -incluso antes- de ingresar a un cargo público con las mejores intenciones, te insultan, difaman y hasta denuncian. No importa si lo que dicen es verdad o no. La mayoría de medios, virtuales e impresos, reproducirán la noticia ad infinitum “sin confirmar”; a estos nuevos “sicarios mediáticos” solo les interesa un titular “que venda”. Trabajar en la administración pública en Áncash, es ahora también de alto riesgo.

¿Habrán expertos de primer nivel que a pesar de todo esto quieran ser funcionarios? ¿Quiénes sino son los que llegan a las direcciones regionales y las gerencias municipales? En muchos casos los más ineptos. Los que vemos en las gigantografías son unos cuantos postulantes, pero Áncash necesita, para cubrir el aparato regional, una gran cantidad de profesionales. Es por eso que los candidatos antes de lanzar sus “propuestas” (que más parecen arengas), deberían ir pensando cómo harán para plasmarlas en esta realidad donde el mismo sistema burocrático, la estructura administrativa y la incapacidad de los funcionarios, parecen hacerlas imposible, peor aún, sabiendo que las instituciones regionales están plagadas de “comandos” cuya agenda será proteger los intereses de Cuenta Conmigo y de sus jefes, hoy detenidos preventivamente por liderar una organización criminal.

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