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Ítalo Morales: “Todo ciudadano es lo que la ciudad hizo con él”

Uno de los intelectuales más importantes de Áncash incursiona en la política

El escritor Ítalo Morales, autor de libros como El aullar de las hormigas (Estruendomudo, 2017) o El lado materno de la muerte (Fondo Editorial del Instituto Pedagógico Chimbote, 2018), postula como primer regidor en la lista de Lincold Cedeño, candidato de Unión por el Perú (UPP) a la alcaldía de Nuevo Chimbote. En esta entrevista, realizada el domingo 12 de agosto de 2018 por el periodista Dan Ruiz para Semana Siete, suplemento dominical del diario La Industria, el también docente reflexiona, entre otros temas, sobre las ciudadanas y los ciudadanos, la ciudad y la ciudadanía, y explica por qué la educación y la cultura son los ejes transversales en todas las políticas públicas que consideran imprescindibles para el distrito.

Publicado: 2018-08-13

- ¿Por qué has decidido postular?

Siempre he considerado que el hombre no puede dejar de ser político, por el mismo hecho de que sus experiencias y sus afectos sociales son consecuencias de acciones políticas, como la educación y la cultura. La escritura literaria en sí misma es política porque viene cargada de símbolos que contienen mensajes de impacto humano. Nada más político que la poesía, por ejemplo. Ahora, en el terreno electoral, en mi caso obedece a una decisión que no es coyuntural, sino de reflexión sobre mi hacer y mi pensar.

- ¿Cuál es la visión política de tu propuesta electoral?

Nuevo Chimbote es una ciudad joven que no ha alcanzado aún el estadio necesario para la construcción de ciudadanas y ciudadanos que hagan visibles sus afectos y buenos hábitos. Las decisiones públicas que he observado en los últimos años –puesto que vivo en el distrito desde que tengo uso de razón–, siempre han abordado el mismo enfoque paliativo. Necesitamos un cambio de paradigma, puesto que –parafraseando a Sartre–, “todo ciudadano es lo que la ciudad hizo con él”. Esto implica que la ciudad se proyecte simbólicamente, que el ciudadano ejerza sus derechos plenamente y que la ciudadanía sea el resultado de estas relaciones.

- ¿Es importante la cultura en una gestión municipal?

La cultura atraviesa todas las dimensiones donde el hombre se desarrolla. Siempre se ha entendido la cultura como hecho artístico que solo es de interés para poetas, actores o músicos. Nada más alejado de la realidad. Con la cultura se puede diversificar la económica (a través de las industrias creativas), se empodera de derechos ciudadanos, se mejoran las relaciones sociales y se desarrollan políticas públicas transversales para resolver problemáticas como la inseguridad, la corrupción, la violencia contra la mujer, etcétera. Según el Ministerio de Cultura, un proyecto cultural exitoso es aquel que articula las políticas multisectoriales del Estado con las distintas organizaciones de la sociedad civil y la empresa privada.

- ¿Cuál es tu lectura de la saliente gestión?

Siempre he sido muy crítico de los gobiernos de índole caudillista. Cuando los alcaldes pretenden asumir su función en relación con su modo de vivir y de pensar las cosas y no de la ciudad y los enfoques, entonces todo se vuelve clientelaje. No se gobierna para ciudadanos, sino para votantes. De ahí el populismo barato, la demagogia ridícula, las misas para futbolistas, sacar a marchar a funcionarios o los conciertos sin sentido. Hay que despersonalizar la gestión y hacerla más institucional. Nuestra propuesta (en la que voy como primer regidor) pasa por eso: lograr el equilibrio del poder municipal entre el alcalde y las ciudadanas y ciudadanos; empoderarlos en derechos y vías de acceso a la comunicación, la gobernanza y todo tipo de mecanismos que hagan posible juntos soñar una ciudad mejor.

- ¿Es posible soñar (en) esta ciudad?

Toda ciudad debe tener tres ciudades: una ciudad de piedra, que está conformada por la infraestructura: edificios, casas, pistas y veredas; una ciudad de las relaciones, donde las personas se vinculan en el colegio, en el trabajo, en el hogar, etcétera; y una ciudad simbólica, que es donde los ciudadanos aprenden a soñar la ciudad. Es en este punto donde “hacer posible lo imposible” –expresión con la que el filósofo esloveno Slavoj Žižek define la política– juega un rol importante. ¿Es posible ciudadanos comprometidos con el cambio social? ¿Es posible desarrollar una política cultural de verdad? ¿Es posible desterrar la corrupción de la gestión edil? ¿Es posible institucionalizar y despersonalizar la función pública? Creemos que con creatividad, convicción política y honestidad es posible; es posible lograr el bienestar de las ciudadanas y los ciudadanos en el mediano y en el largo plazo. Por eso, nuestro lema de campaña es #ConLincoldEsPosible; Lincold Cedeño es actualmente regidor y nuestro candidato a la alcaldía por Unión por el Perú (cuyo logotipo es la V).

- ¿Cómo materializar estos sueños?

Voy resaltar solo tres ideas (de las muchas) que hemos formulado junto a nuestro equipo técnico integrado por artistas, políticos, educadores, comunicadores, etcétera, de dentro y de fuera de la ciudad. Primero, convocar personas talentosas a la municipalidad. No permitir más el compadrazgo o los amigos cómplices de la corrupción en puestos claves. Por eso, una de nuestras propuestas es contar con gerentes de alta especialización de SERVIR en áreas estratégicas como la Gerencia Municipal, Administración, Logística, entre otras. Segundo, provocar un cambio de paradigma a través de políticas públicas, donde la cultura y la educación sean los ejes transversales en todas las decisiones ediles. Y tercero, desarrollar un enfoque de derechos humanos en cuanto a la inversión en infraestructura, puesto que las obras públicas deben responder a objetivos ciudadanos y no a caprichos o coimas.

- ¿Cuál es tu político ideal?

Un alcalde, un regidor, todo político debe amar la cultura, los libros, y no incendiarlos o dejarlos huérfanos, como ha ocurrido con la actual gestión. Una autoridad que ama la ciudad no humilla a su héroes, menos sus centros del saber. Nunca ha habido una preocupación real por la cultura en términos técnicos. Necesitamos que los espacios públicos sean invadidos por artistas y humanistas, que las plazas sean ágoras y espacios de vida, donde se discuta sobre género, violencia contra la mujer y derechos de los niños y de los animales. No necesitamos más autoridades populistas que solo quieran el flash del momento. Los candidatos deben ser como los artistas: buscar la gloria en el reconocimiento público y terminar su gestión amado por las ciudadanas y los ciudadanos, y no vilipendiado o buscado por la policía.

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Escrito por

César Alberto Sánchez Lucero

Lima, 1985. Escritor y gestor cultural, egresado del Programa de Gobernabilidad y Gerencia Política (PUPC), director de Cola de Lagartija.


Publicado en

República Kafkiana

Espacio dedicado a los absurdos reales que superan la ficción