"Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional"
César Sánchez Lucero
El policía no se "reconcilia" con el delincuente; es la víctima quien está en su derecho de perdonarlo o no (luego de un sincero arrepentimiento), después la sociedad (producto del reconocimiento de su delito) y finalmente las instancias correspondientes (habiéndose reformado y deseando readaptarse). PPK pasó por alto a las víctimas y a la sociedad amparándose en una lectura convenida de la Constitución solo para justificar su permanencia en Palacio a cambio del indulto al criminal, corrupto y dictador fujimori (así, con minúsculas). Es por eso que resulta una vulgar burla para el Perú la denominación del año, puesto que jamás hubo diálogo y menos habrá (bajo estas condiciones) reconciliación.
Al respecto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se ha pronunciado: “La CIDH expresa su profunda preocupación porque al suprimir los efectos de sentencias condenatorias referidas a crímenes de lesa humanidad y graves violaciones de derechos humanos en beneficio de Alberto Fujimori, el Estado peruano incumplió con las disposiciones de las sentencias de la Corte Interamericana y desconoció sus obligaciones internacionales. El otorgamiento del indulto a Alberto Fujimori no toma en cuenta las particularidades de los crímenes de lesa humanidad, ni el derecho a la justicia de las víctimas y sus familiares”.
¿Es posible la reconciliación con un gobierno beneficiando asesinos y ninguneando a las víctimas? ¿Es posible sin políticas públicas por la memoria? No es posible, así que seguiremos en las calles hasta que fujimori regrese a la cárcel, de donde nunca debió salir.
(Artículo publicado en la columna República Kafkiana del Diario Correo de Chimbote el lunes 8 de enero de 2018)
