A tal punto ha llegado la informalidad, la ignorancia y la desidia, que ahora crear distritos, o sea, generar mayor bucrocracia, es como jugar monopolio. No importa si se consultó con los sectores que lo integrarían, tampoco interesa qué los arraiga culturalmente para construir una verdadera "comunidad", ni hablemos de cuestiones históricas o identitarias, menos de si los residentes conocen sus derechos y deberes como ciudadanos y partícipes de este proceso, y peor aún, de la nueva y compleja estructura administrativa y normativa que les espera.  

Lo que sí veo es que muchos felicitan la creación del distrito San Pedro y otros se soban las manos mientras fruncen el ceño; claro, la mayoría de los más de 50 mil moradores de las 24 zonas que se verían afectadas: La Esperanza Alta y Baja, San Pedro, El Carmen, El Porvenir, Pensacola, Los Pinos, Laderas del Norte, Cesar Vallejo, Primavera Alta y Baja, La Unión. 2 de Junio, Pensacola, Santa Cruz, San José, Gonzales Prada y Villa Los Jardines, no se han enterado ni se enterarán que ya no serán "chimbotanos" sino "sampedranos" hasta que les empiecen a cobrar los primeros impuestos.

¿Será casualidad que el fujimorismo aliente la informalidad y el clientelaje político? Por supuesto que no, ese ha sido su modus operandi desde siempre. ¿Las consecuencias de la creación del distrito San Pedro? Los "chalecos" de antes hoy serán candidatos, aportantes, funcionarios, dueños de constructoras, etcétera; o sea, más muertes, pobreza, corrupción y subdesarrollo, por mencionar solo algunas. Así de peligroso y letal es el populismo/fujimorismo.

(Artículo publicado en la columna República Kafkiana del Diario Correo de Chimbote el domingo 21 de mayo del 2017) 

Más textos del autor aquí.