Nadine, durante años todos te mandaron a callar, todos se burlaron de ti, todos te hicieron violentos "memes" y te trataron peor que a preso por crímenes de lesa humanidad (o que a la hija de este que intenta gobernar para liberar a su padre). El presidente de la República no te dijo nunca que te mantengas al margen del gobierno, sino te dio hilo para seguir pronunciándote sobre temas coyunturales. La prensa cochina y amarilla aprovechó esto para denostar tu nombre y canibalizar tu imagen. Algunas mujeres políticas como Susana Villarán se pronunciaron contra la violencia ejercida hacia tu persona, pero ni hombres ni mujeres de la prensa, ni de la política, menos ONG's por los derechos de la mujer o colectivos feministas se pronunciaron. Los periodistas y opinólogos criminalizaron tu nombre y el de tu partido, en un atentado contra la libre expresión y la democracia. 

Mis amigos periodistas dicen: "Sí pues, pero así es aquí y en la China". Entonces, si así es aquí y en la China, ¿por qué complicar las cosas? ¿Por qué postear ese tuit? ¿Por molestar? Porque sabías de las consecuencias. ¿No le preguntaste a Ollanta, como presidente del Perú o siquiera como esposo, si era conveniente? Está bien. Ya pasó. La consecuencia fue que un candidato, el que más ha sido ofendido, difamado y denigrado por este tuit (y en general durante toda la campaña), te ha pedido que no te metas en la campaña presidencial (lo cual no tiene nada de raro), e hizo hincapié además en que eso debió decírtelo el presidente de la República, o sea, tu esposo, pues tú eres primera dama antes que presidenta del Partido Nacionalista y si te muestras a favor de cualquier candidato, incluso del tuyo, Daniel Urresti, estarías violando el principio de neutralidad. 

Desde el momento en que Julio Guzmán te dijo eso, ha sido acusado de feminicidio por las personas que jamás te defendieron cuando hombres y mujeres te agredieron en medios físicos y virtuales. No lo permitas, Nadine, no permitas que ahora se te victimice por intereses partidarios. El cinismo, la hipocresía y la mentira no pueden disfrazarse de feminismo o de lucha por los derechos de la mujer, cuando antes estos mismos pseudoperiodistas, opinólogos y politiqueros, jamás se pronunciaron a tu favor, sino que se sumaron al cargamontón en tu contra. ¿Si Julio Guzmán se lo hubiese dicho a otro hombre, hubiera sido igual? ¿No se agreden todos los días los políticos? ¿Así reaccionan los peruanos? El machismo lo padecen ambos. No permitas, Nadine, que los hombres también sufran el régimen heteronormativo, como cuando a tu esposo le dicen "Cosito" o en este caso, que Julio Guzmán no te puede decir nada "porque eres mujer". 

El feminismo, el verdadero feminismo, opera ahí, en todo lugar, donde mecanismos simbólicos pretenden imponer una forma de saber, hacer o sentir en función de tus genitales, produciendo subjetividades sociopolíticaculturales que generan represión en el sujeto y por ende enfermedades psicosomáticas de diversa índole. La victimización es el elemento patriarcal más común y útil. Cuidado, porque infantiliza al otro y lo idiotiza (en su sentido etimológico). El feminismo es ese reducto de libertad que hay en el hombre y en la mujer. Las víctimas, ya lo he dicho, la hacen los victimarios, no los demás. Por último: ¿cuántos peruanos se pronunciaron en contra de esta violenta portada contra ti y contra Julio Guzmán? Eso pensé.

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