Retroceso olímpico en cultura en Planes de Gobierno para Lima
Salvo Diálogo Vecinal, que retoma las políticas culturales actuales, las demás organizaciones tienen una visión mediocre de la cultura
"La cultura como posibilidad para la construcción de una nueva ciudadanía, como herramienta para la construcción de nuevos valores sociales, colectivos, como herramienta para la transformación de nuestras duras realidades".
He leído con pesar, preocupación y casi con vergüenza ajena lo referente a cultura en los Planes de Gobierno de los candidatos a la alcaldía de Lima. Estos han sido reunidos por Guillermo Cortés en un documento donde copia tal cual las propuestas y análisis culturales de todas las agrupaciones políticas que competirán por el sillón municipal este 5 de octubre. Los textos, recogidos de la página del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), demuestran una mediocridad y desconocimiento sorprendentes de la verdadera importancia y los alcances de la cultura para la transformación social.
Salvo Diálogo Vecinal, que es el movimiento independiente con el cual Susana Villarán tentará la reelección, las demás agrupaciones políticas no prosiguen la visión cultural de la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) ni sus políticas culturales, que debería ser el compromiso de toda gestión que intente suceder a otra que ha conseguido réditos sociales con estas. Ni siquiera han investigado la actual situación de la cultura en Lima para recolectar datos estadísticos, analizarlos y formular alternativas factibles a partir de la realidad, a pesar de que la información compartida por la MML es abundante.
Hay algunos que decidieron sincerar su ignorancia y optaron por dejar en blanco el acápite dedicado a la cultura en sus Planes de Gobierno. Estos son Perú Patria Segura (PPS) y Somos Perú. Los demás han escrito básicamente lo mismo. Acción Popular empieza con una frase que es una blasfemia para cualquiera que tenga nociones siquiera de cultura: “La ‘falta’ de cultura…” (…) “muestra poco interés de la población por la vida sana, ‘culta’…”. El resto son construcciones, practicar deporte, Wifi y hasta “unirse a Mistura”. Alianza Para el Progreso (APP) ha copiado y pegado estadísticas sin ton ni son, faltas de conclusiones y recomendaciones, para finalmente proponer talleres y camiones adaptados para bibliotecas.
Democracia Directa ha sido tan directa que han resumido en tres líneas -literalmente- de acción el trabajo multicultural que piensan realizar en una ciudad de casi 9 millones de ciudadanos: oferta cultural, iniciación artística, fomento de la lectura. ¿Cómo? ¡Qué importa, huevona! Fuerza Popular, el nuevo membrete de los fujimoristas, tiene como lema “Cultura, deporte y trabajo”, lo que me hizo recordar al que usó su líder en los 90: “Honradez, tecnología y trabajo”, hoy condenado por crímenes de lesa humanidad como asesino y corrupto. Sus propuestas: turismo, mejoramiento de edificios y protección del medioambiente.
El Partido Aprista Peruano (APRA) en cambio se dedicará a “poner en relieve sus potencialidades” (¿?) y promoverán y promocionarán (entre otros sinónimos) el Centro Histórico, las huacas, centros arqueológicos, la gastronomía y Lima como centro de convenciones. Cierto, no se necesita ser doctor para hacer estas propuestas. El Partido Humanista Peruano es tan humano que no solo ha hecho propuestas para la “gran familia urbana de Lima”. Los millones de limeños que no viven en el centro histórico de la capital vaya uno a saber de qué especie son.
El Partido Popular Cristiano (PPC) ha presentado en tres párrafos el problema, las soluciones y metas, que parecen escritas por un alumno de alguna “universidades de medio pelo” porque el primer ítem no guarda coherencia con el segundo y así sucesivamente. Dicen que los limeños no están satisfechos con la oferta cultural; su solución es programas educativos diversificados; su meta es hacer centros culturales. Siempre Unidos va a promover 14 horas al estudio y escribe en primera personal plural. No tengo más comentarios.
No sé si reírme o llorar con las “acciones estratégicas” del Partido Solidaridad Nacional (PSN). Su acción -han escrito- es la asistencia a eventos culturales, galerías, teatros, etcétera, pero ¿no es la “asistencia” acaso una meta que se medirá con un indicador para cumplir un objetivo? La acción sería la forma de lograr esa asistencia. ¡Mejor se hubieran quedado mudos! Vamos Perú es una miscelánea de todas las propuestas anteriores: fortalecimiento del Centro Histórico, puesta en valor de la ciudad, sensibilizar a la población de la importancia del turismo, entre otras más o menos intrascendentes.
Todas estas “propuestas” -por llamarlas de alguna manera- revelan un reduccionismo, desinterés e ignorancia preocupantes, puesto que los problemas que Lima enfrenta son estructurales y por lo tanto básicamente culturales. Medellín es un caso bastante cercano y trascendental para entender el papel de la cultura en la transformación de las ciudades. Entre 1991 y 2010 la capital de Antioquia redujo las tasas de criminalidad en un 80%; implementó el primer metro de Colombia, el cual moviliza a un millón de personas y ha reducido en más de 175 mil toneladas el dióxido de carbono; y ha resuelto creativamente temas sociales como la exclusión a través de teleféricos y escaleras eléctricas para las comunas más vulnerables.
¿No son la inseguridad, el tráfico, la contaminación y la exclusión los problemas más drásticos de Lima? La cultura como eje transversal del desarrollo tiene muchísimos otros ejemplos al alcance de un clic. Por ejemplo, aquí se puede descargar el Plan de Desarrollo de Medellín (2012 - 2015). Como este documento han cientos en la web. ¿Por qué entonces los candidatos limeños tienen propuestas tan pobres, mal hechas y hasta ridículas? Si así están en la capital del Perú, ¿cómo será en las ciudades del interior del país?
Felizmente aún queda la alternativa Diálogo Vecinal que planea continuar el buen trabajo realizado por Pedro Alayza, Gloria Lescano, Santiago Alfaro, entre muchos otros integrantes de la actual Gerencia de Cultura de la MML. En esta gestión se diseñaron e implementaron importantes políticas culturales como la creación de la misma gerencia mencionada; la ordenanza para la promoción y el fortalecimiento de la Cultura Viva Comunitaria (CVC); y la base de datos de los grupos de CVC limeños. Pero sobre todo, este trabajo ha permitido entender la cultura en sus dimensiones sociopolíticas, o sea, como una forma de contribuir a generar calidad de vida, construcción de ciudadanía, convivencia pacífica, etcétera.
En conclusión: la elección de cualquier otra agrupación política -según sus Planes de Gobierno- significaría un retroceso olímpico de la cultura en Lima. Los electores deben valorar el trabajo cultural iniciado por la actual gestión municipal liderada por Susana Villarán, el cual ha dado frutos inmediatos, sin embargo, como todo proyecto de vida, el verdadero cambio se verá a largo plazo. Comparto un archivo de libros posteado por la plataforma Cola de Lagartija, donde encontrarán libros de gestión cultural, política, social y muchos más "recursos on line para desarmar paradigmas".
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